lunes, 7 de junio de 2010

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Cerré los ojos un momento tratando de minimizar los sonidos obvios y redundantes del ambiente de quietud que se respira en mi antigua habitacion, en mi antigua casa, en mi antiguo pueblo, un poco cansado seguire esperando un rato mas, mientras escupo, un poco exacto sobre el centro de ese mosaico, ahi esta, el sonido, la voz indescifrable, fantasma de tristezas, viejos dolores, incertidumbre desórdenes y quien sabe que mas, la puedo percibir solo por un moemento mas alla del tecleo, el sonido del abanico que rota colgado del techo, mas allá de la television y la respiración en el cuarto contiguo, indescifrable, casi inperceptible, un poco abajo del intermitente rocio que mueve las hojas de los arboles cercanos a la ventana de mi antigua habitación, mi antigua casa, mi antiguo pueblo lleno de fantasmas.